ESTAS cinco rayos de luz, que emanan del corazón de un cristiano,
puede traspasar las tinieblas de la incredulidad en un mundo sediento de creer:
POBREZA DEL ESTADO
LA POBREZA DEL YO
POBREZA DE SIMPLICIDAD
POBREZA DEL SACRIFICIO
POBREZA DE LA RENDICIÓN
La santidad, mensaje que convence sin necesidad de palabras, es el reflejo vivo del rostro de Cristo. —JUAN PABLO II, Novo millennio ineunte