IF tú lees Custodia del corazón, entonces ya sabrá con qué frecuencia no lo cumplimos. Con qué facilidad nos distrae la cosa más pequeña, nos aleja de la paz y nos descarrila de nuestros santos deseos. Nuevamente, con San Pablo clamamos:
¡No hago lo que quiero, pero hago lo que odio…! (Romanos 7:14)
Pero necesitamos volver a escuchar las palabras de Santiago:
Hermanos míos, considérense todo gozo cuando se encuentren con diversas pruebas, porque saben que la prueba de su fe produce perseverancia. Y que la perseverancia sea perfecta, para que seas perfecto y completo, sin falta de nada. (Santiago 1: 2-4)
La gracia no es barata, se entrega como la comida rápida o con un clic del mouse. ¡Tenemos que luchar por ello! El recogimiento, que es tomar nuevamente la custodia del corazón, es a menudo una lucha entre los deseos de la carne y los deseos del Espíritu. Y entonces, tenemos que aprender a seguir las formas del Espíritu ...
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