los mil años

 

Entonces vi a un ángel que descendía del cielo,
sosteniendo en su mano la llave del abismo y una pesada cadena.
Agarró al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo o Satanás,
y lo ató por mil años y lo arrojó al abismo,
la cual encerró y selló, para que ya no pudiera
descarriar a las naciones hasta que se cumplan los mil años.
Después de esto, se lanzará por un corto tiempo.

Entonces vi tronos; a los que se sentaban sobre ellos se les encomendaba el juicio.
También vi las almas de los que habían sido decapitados
por su testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,
y que no habían adorado a la bestia ni a su imagen
ni habían aceptado su marca en sus frentes o manos.
Revivieron y reinaron con Cristo mil años.

(Apocalipsis 20:1-4, Lectura de la primera misa del viernes)

 

ALLÍ es, quizás, ninguna Escritura más ampliamente interpretada, más ávidamente contestada e incluso divisiva que este pasaje del Libro de Apocalipsis. En la Iglesia primitiva, los judíos conversos creían que los “mil años” se referían a la venida de Jesús nuevamente a literalmente reinar en la tierra y establecer un reino político en medio de banquetes carnales y festividades.[ 1 ]“…quienes luego resuciten disfrutarán el ocio de banquetes carnales inmoderados, provistos de una cantidad de carne y bebida tal que no solo escandalizará el sentimiento de los templados, sino que incluso superará la medida de la credulidad misma.” (San Agustín, Ciudad de dios, Libro XX, cap. 7) Sin embargo, los Padres de la Iglesia rápidamente descartaron esa expectativa, declarándola una herejía, lo que hoy llamamos milenarismo [ 2 ]ver Milenarismo: lo que es y lo que no es y Cómo se perdió la era.Continuar leyendo

Notas a pie de página

Notas a pie de página
1 “…quienes luego resuciten disfrutarán el ocio de banquetes carnales inmoderados, provistos de una cantidad de carne y bebida tal que no solo escandalizará el sentimiento de los templados, sino que incluso superará la medida de la credulidad misma.” (San Agustín, Ciudad de dios, Libro XX, cap. 7)
2 ver Milenarismo: lo que es y lo que no es y Cómo se perdió la era

Mantener el rumbo

 

Jesucristo es el mismo
ayer, hoy y siempre.
(Hebreos 13: 8)

 

DADO que ahora estoy entrando en mi decimoctavo año en este apostolado de The Now Word, tengo una cierta perspectiva. Y es que las cosas son no prolongando como algunos afirman, o que la profecía es no cumpliéndose, como dicen otros. Por el contrario, no puedo seguir el ritmo de todo lo que está sucediendo, mucho de lo que he escrito durante estos años. Si bien no conozco los detalles de cómo exactamente las cosas llegarían a buen término, por ejemplo, cómo regresaría el comunismo (como Nuestra Señora supuestamente advirtió a los videntes de Garabandal, ver Cuando regrese el comunismo), ahora lo vemos regresar de la manera más sorprendente, inteligente y omnipresente.[ 1 ]cf. La revolución final Es tan sutil, de hecho, que muchos aun no se dan cuenta de lo que se está desarrollando a su alrededor. “Quien tenga oídos, que oiga”.[ 2 ]cf. Mateo 13:9Continuar leyendo

Notas a pie de página

Notas a pie de página
1 cf. La revolución final
2 cf. Mateo 13:9